Mujeres del ecosistema manglar y del mar construyen futuro: Diplomado "Rizomas de Vida" avanza en la defensa climática y comunitaria

Quito, Ecuador – agosto de 2025
En el corazón de los territorios marino-costeros del Ecuador, un grupo de mujeres concheras, cangrejeras y pescadoras continúa construyendo alternativas de vida frente a la crisis climática. Lo hacen a través de la Escuela de Mujeres Recolectoras y Pescadoras Rizomas de Vida, una propuesta educativa impulsada por la Coordinadora Nacional para la Defensa del Ecosistema Manglar (C-CONDEM), activa desde 2022.
Este proceso forma parte de la Plataforma Educativa de Co-Creación de Conocimientos, que busca enfrentar los impactos del cambio global —climático, social y territorial— desde una perspectiva comunitaria. El Diplomado “Cambio Global con Énfasis en Territorios Comunitarios Seguros”, desarrollado en alianza con la PUCE y con el respaldo de organizaciones como UNESCO, MISEREOR, Light House y la Fundación Rosa Luxemburgo, es el segundo curso consecutivo que se realiza, dando continuidad al de 2024, donde la PUCE y C-CONDEM otorgaron un “Certificado de Dinamizadoras para la Adaptación a la Crisis Climática en Territorios Marino-Costeros”.
“Nuestro manglar es vida, es cultura, es historia, es cuento, leyendas, es futuro. Las Mujeres Rizomas son las guardianas de un espacio de vida que nos pertenece a todos”, afirma Marianeli Torres, coordinadora de C-CONDEM y de la Plataforma.

Formación para la resiliencia y el liderazgo comunitario
Las participantes reciben formación teórica y práctica con el objetivo de fortalecer sus capacidades y liderazgos para la defensa de sus territorios. El enfoque es integral: combina saberes ancestrales, ciencia, arte y metodologías innovadoras que promueven comunidades seguras, resilientes y sostenibles.
Durante el desarrollo del diplomado se han completado ya los dos primeros módulos:
Módulo 1: “Metodología de la reconstrucción territorial marino-costera”
Aborda dimensiones como los fractales, sistemas rizomáticos, transformaciones globales y narrativas simbólicas. Se incluyeron, además, sesiones de canto y percusión. Participaron los profesores Marianeli Torres, Víctor Arroyo, Martina León, Álvaro Rosero y Patricia Granda.
Módulo 2: “Lenguajes y narrativas socio ecológicas en el contexto del cambio global”
Explora formas de percepción y resistencia ante los cambios, con temáticas como inteligencia artificial y algoritmos. Este módulo integró prácticas artísticas y fue conducido por Marianeli Torres, Nelson Reasco, Yuliana Ortiz, Indira Salazar (UNESCO), Álvaro Rosero y Patricia Granda.
Metodología Tamborere y enfoque territorial
El diplomado se construye a partir de la Metodología “Tamborere”, una propuesta propia basada en cuatro pilares: dimensiones fractales, sistemas rizomáticos, transformaciones globales y narrativas simbólicas. Esta metodología se implementa en estuarios de manglar de cuatro sistemas: Muisne-Cojimíes, Chone, Pagua-Jubones y Guayas.
Además, se articula con la Metodología Z, empleada por ASRPOCIG en Colombia, integrando la visión latinoamericana para fortalecer los vínculos regionales.
La plataforma Rizomas de Vida contempla tres grandes momentos:
Construcción de espacios comunitarios de cuidado de la vida, definidos como hermosos, sabrosos y seguros.
Escuela de Mujeres Rizomas de Vida, donde se co-crean saberes entre academia y comunidad.
Red Latinoamericana Rizomas de Vida, que promueve el intercambio regional de experiencias y conocimientos.
Celebración del Día del Manglar
Uno de los hitos recientes del proceso fue la emotiva celebración del 26 de julio, Día Internacional de la Defensa del Ecosistema Manglar. Las mujeres compartieron saberes, canciones, sabores y productos propios de sus comunidades. Fue un espacio de reconocimiento, celebración y afirmación del tejido comunitario.
Un modelo replicable para América Latina
La experiencia Rizomas de Vida ya está generando impactos reales: mujeres lideran acciones de restauración y defensa del manglar, un ecosistema vital para la vida costera y la resiliencia climática. Esta propuesta representa un ejemplo de cómo el diálogo entre conocimientos tradicionales y académicos puede dar lugar a soluciones justas, sostenibles y profundamente comunitarias.
Las mujeres del ecosistema manglar y del mar no solo resisten: están sembrando futuro.